Cumpleaños: Un año más para sonreír

Si me quejé cuando cumplí 20 años, podrían suponer que me puse más quejumbrosa con unos años más en mi vida… Pero no. Ni me he resignado al paso del tiempo, ni me alié con él; simplemente, igualamos el paso. Si él va lento, voy disfrutando el trayecto; si va rápido, voy echando ojo a lo importante, pero nunca me olvido hacia donde voy y no dejo de lado a nada ni nadie.

Es curioso como de pequeños anhelamos tener más edad (cada uno con sus razones) y cuando somos adultos pretendemos detener el tiempo (ocultando la edad o restándonos años). No en todos los casos es igual, algunos viven intensamente cada día transcurrido a su historia y a esa lista de afortunados y dúctiles seres, me he sumado hoy.

Que inevitablemente pasan los años, es verdad. Que importan si son bien vividos, es verdad. Que vamos aprendiendo en el camino, es verdad. Que me estoy poniendo viejita, es…. no es verdad. ¡Vamos, Di! es solo un año más; un año que será mejor, nadie lo puede negar.

Mañana es mi cumpleaños. Tendré muchos mensajes de los amigos de siempre, de los que lo recordaron por casualidad y de aquellos que en vivo y en directo ni me hablan, pero les notificó Facebook. Mañana algunos se olvidaran de mis errores y exaltarán mis virtudes, incluso esas que no tengo. Mañana nada será perfecto, pero nada borrará mi sonrisa, esa que se quedará perennizada en este trayecto.

Y en vez de agradecerle a la vida por estar conmigo todo este tiempo, aún tengo algo que pedirle: Quiero mi combo de 365 días para sonreír, mis 365 noches para soñar, mis 12 meses para fechas importantes, mis 52 semanas para ver a los amigos, unos cuantos fines de semana para escapar, unos domingos en la mañana para regresar, minutos para tenerte presente y un segundo para trascender.

Deja un comentario