Es cosa de ecuatorianos

Nadie dijo que sería fácil y muchos lo saben. Empezar una nueva vida fuera del lugar que te vio nacer, es uno de los más grandes retos, sobre todo, cuando quieres progresar, superarte y encontrar una actividad acorde a lo que te gusta hacer. Hemos visto muchos casos de migrantes que viajan a Estados Unidos o Europa, para dejar de lado su profesión o sueños y ganar una mayor cantidad de dinero que les permita sobrevivir; también están los que perseveran y, pese a toda predicción, encuentran el éxito en tierras lejanas.

Las oportunidades no simplemente se encuentran, también se generan con trabajo y perseverancia. Bien dicen, que las fronteras son limitaciones de la mente y no físicas. El ser humano es capaz de generar capacidades en cualquier lugar; la diferencia radica en las barreras que diversas sociedades te pongan, pero de todas formas son superables, si uno quiere que lo sean.

Como periodista ecuatoriana en un entorno profesional que recién se está abriendo al mundo, algunos me pueden ver con admiración; otros con indiferencia, egoísmo o como una neófita. Quizás yo me sienta con ganas de avanzar o a veces frustrada; pero jamás lanzaré la toalla antes de intentarlo. Pronto volveré a Ecuador y lo haré con la cabeza en alto, orgullosa de saber que cada día doy lo mejor de mí. El gentilicio lo llevo en la cédula, pero el espíritu guerrero de un ecuatoriano lo llevo dentro.  Ahora solo viene a mi mente, la frase de un popular programa que retrataba las vivencias de ecuatorianos en otros países y, al recordarla, siento orgullo de ser una «reporterita» de la mitad del mundo:

«Migrar es para valientes, comenzar de cero es cosa de emprendedores y amar a Ecuador desde cualquier parte del planeta, es cosa de ecuatorianos».Ecuadorian boy

Esto es ser ecuatoriano

A un ecuatoriano se lo reconoce en cualquier parte del mundo; al igual que dicen los argentinos, colombianos, peruanos, chilenos y cualquiera que se sienta orgulloso de ser identificado fuera de su país. Ya sea por nuestra forma de hablar, nuestros gustos «extraños» o, simplemente, nuestra añoranza por lo que se quedó lejos, el ecuatoriano es más que el oriundo de la mitad del mundo.

En Perú, el ecuatoriano es conocido como «mono» (más allá de la denominación que se da solo a los habitantes de la Costa) por la riqueza bananera de nuestro país y por la apetencia hacia esta fruta tropical. ¿Qué ecuatoriano no desearía degustar fuera del país unos bolones, empanaditas de verde o unos patacones? Sin embargo, Ecuador es un diminuto lienzo lleno de diversidad, que no se limita a un producto o lugar y siempre deja buenos recuerdos en propios y extranjeros. Ale, una amiga chilena que conocí hace pocos días y que vivió en Ecuador, recuerda con mucha emoción el rico encebollado con Fioravanti, el agua de horchata, la leche chocolatada Tony y los postres Inacakes. A esto yo podría agregarle un millón de comida más, pero resaltaré el delicioso ceviche, los dorados llapingachos y el caliente morocho.

Ecuador es sabor a comida de casa, olor a lluvia inesperada, vista de mares y montañas. Ecuador es llegar tarde, a pesar de madrugar; es desalentarse por una derrota, pero seguir jugando; es risa de niños, esperanza de jóvenes y resultado de ancianos. Ecuador es el conjunto de verdaderos ecuatorianos:

El ecuatoriano no se emborracha: se hace bunga!

EL ecuatoriano no saluda, te dice: que fue loco!

El ecuatoriano no tiene amigos: tiene panas

El ecuatoriano no tiene enamorada, tiene: pelada

El ecuatoriano no se cae: se saca la madre

El ecuatoriano no se burla: se caga de risa

El ecuatoriano no palabrea: mete labia 

El ecuatoriano no espera: aguanta un chance

El ecuatoriano no besuquea: agarra

El ecuatoriano no dice wow: dice Del Putas

El ecuatoriano no molesta: jode, vacila

El ecuatoriano no te entiende: te cacha

El ecuatoriano no se molesta: se cabrea

El ecuatoriano no te golpea: te saca la puta

El ecuatoriano no va a tomar: se va de chupe

El ecuatoriano no fracasa: la caga

El ecuatoriano no sale corriendo: sale hecho una bala

El ecuatoriano no toma siestas: se queda ruco

El ecuatoriano no va rapido: va enbalado

El ecuatoriano no te ayuda: te acolita 

El ecuatoriano no es listo: es súper pilas

El ecuatoriano no trabaja: camella

El ecuatoriano no pide que lo lleven: jala dedo

El ecuatoriano no es cualquier cosa: es ECUATORIANO!

Tri: Ganen o pierdan, volvemos a creer

Argentina hizo bailar la pelota al ritmo del tango y Ecuador, en el segundo tiempo, trató de seguirle el ritmo, pero no fue suficiente.

Casualmente, la primera vez que fui a un estadio fue hace 7 años en un partido entre Ecuador y Argentina. La expectativa general era negativa, pues venía a enfrentarnos uno de los grandes y mis amigos ni siquiera iban a apoyar a la selección; ellos querían ver la goleada de las “estrellas“: Batistuta, Tévez y Verón.

Al contrario de todo pronóstico, la Tricolor ganó. El partido dejó como resultado 2 goles ecuatorianos, mi camiseta perdida, algún enfrentamiento entre rivales y, sobre todo, la esperanza futbolera en auge.

Ese fue uno de los triunfos que nos llevó a nuestro segundo mundial: Alemania 2006. En las próximas eliminatorias rumbo a Sudáfrica 2010, la situación no fue favorable y nos quedamos a ver en casa el mundial.

Desde antes de la época de vacas gordas en el fútbol ecuatoriano, una de las características de la hinchada ecuatoriana ha sido su capacidad de ir inmediatamente del polo: Vamos tricolor, al polo: Lárgate (el técnico de turno) y, pese a ello, volver a confiar una y otra vez.

Es simple darse cuenta que en otros ámbitos de la vida, si nos decepcionan, no confiamos nuevamente (por lo menos la gran mayoría, que no votaríamos por políticos desterrados o regresaríamos con nuestro/a ex mentiroso/a). Pero en el fútbol volvemos a creer porque en 90 minutos nos unimos en un juego que, a más de una buena coordinación de equipo, siempre tendrá factores que influirán en el resultado; y además, porque aunque nos apasione, el fútbol no cambiará el rumbo de nuestra vida, simplemente es un paréntesis de la cotidianidad.

Eso es lo que amo del fútbol, bueno en este caso de la hinchada: No hay derrota que no nos convoque a unirnos en un próximo partido. Y si creer es lanzar nuestros anhelos al aire, pues hace falta hacer unos ajustes en la Tricolor, para que Suárez cabecée el anhelo, lo combine a Valencia y en un pase de zurda, Chucho meta el gol… Quizás la selección también se lo deba creer.

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Top 100

Este post, por ser el número cien, estaba pensado para contener la centena de los mejores momentos de mi vida, pero tras los sucesos que pasaron en mi país, Ecuador, quiero aprovechar mi espacio personal para escribir las cien cosas que las personas queremos para vivir felices en nuestros territorios:

  1. Fe
  2. Paz
  3. Libertad
  4. Igualdad
  5. Fraternidad
  6. Justicia
  7. Tolerancia
  8. Verdad
  9. Perdón
  10. Pedir disculpas
  11. Sinceridad
  12. Honestidad
  13. Bondad
  14. Lealtad
  15. Inteligencia
  16. Inocencia, pero no ingenuidad
  17. Audacia, pero no malicia
  18. Valentía para continuar
  19. Mesura cuando hay que parar
  20. Soñar en lo imposible
  21. Querer y poder
  22. Buen humor
  23. Ternura
  24. Canciones
  25. Arte
  26. No más machismo
  27. Tampoco feminismo
  28. Libertad de información, opinión y expresión
  29. Momentos de discusión y discernimiento
  30. Espacios de diálogo
  31. Un día de trabajo
  32. Un día de vacación
  33. Promesas que se cumplan
  34. Memoria colectiva que se debe conservar
  35. Palabras que se vuelvan hechos
  36. Silencios que permitan crear
  37. Planes no pensados
  38. Hogares unidos
  39. Niños estudiando
  40. Jóvenes con ideales
  41. Adultos con mentes abiertas
  42. Ancianos con ganas de enseñar
  43. Abolición de las jerarquizaciones
  44. Buena alimentación
  45. Rescate cultural
  46. Respeto por la diversidad
  47. Seguridad al andar por un parque, una plaza, en todo lugar
  48. Equilibrio entre el hombre y la naturaleza
  49. Un paseo por el campo
  50. Shopping en la ciudad
  51. Aire puro
  52. Calles limpias
  53. Vías sin tráfico
  54. Deporte
  55. Preguntas sabidas
  56. Respuestas ignoradas
  57. Escribir para crear y contar historias
  58. Leer para alimentar y usar la mente
  59. Un abrazo de un ser querido
  60. Buenas personas para atesorar
  61. Malas personas para echar al olvido
  62. Personas que aman los detalles
  63. Personas que van directo al grano
  64. Un momento con los amigos
  65. Otro con los enemigos
  66. Amantes que vivan felices no para siempre, sino hoy
  67. Encuentros inesperados
  68. Despedidas perfectas
  69. Mitad de corazones con un encaje imperfecto
  70. Fotos para pegar en la pared
  71. Dar una mano a quienes nos necesitan
  72. Dejarnos ayudar cuando las fuerzas se han acabado
  73. Lugares de encuentro
  74. Lugares para estar sol@
  75. Un beso francés
  76. Besos volados
  77. Besos cogidos con las manos
  78. Flores en la mesa
  79. Risas espontáneas
  80. Palabras sinceras
  81. Oídos sordos para la mentira
  82. Mirar más allá de los prejuicios
  83. Confiar hasta que lleguen motivos para dudar
  84. Creer aunque nos hayan decepcionado
  85. Celos con motivos y escenas desmotivadas
  86. Un día de sol
  87. Un día de lluvia
  88. Un día de farra
  89. Al día siguiente, meditación
  90. Madrugar para ver un amanecer
  91. Esperar en las montañas la caída del sol
  92. Acostarse sobre el césped
  93. Pisar la arena
  94. Desde un mirador contemplar un cielo estrellado
  95. Bailar bajo la luna llena
  96. Un viaje loco a la playa
  97. Más posts por escribir
  98. Anhelar por alguien lejano
  99. Pedir un deseo
  100. Sobre todo, sentir Amor