Desde pequeños nos han inculcado un pensamiento negativo y restrictivo acerca de la sexualidad. Esa educación que infunda temores, vergüenza y culpas hace que las personas no hablen del tema, hablen poco o no expresen sus sentimientos, esto lo afirma el psicólogo Erick Quesada, experto en relaciones de pareja y sexualidad. Pero ¿cuáles son las consecuencias que conlleva el no tratar sobre sexo con nuestros padres, amigos, expertos o la pareja?
En primer lugar, aclaremos que es sexo. Según el DRAE es la condición orgánica, masculina o femenina, de los animales y las plantas; si me preguntan de qué sexo soy, respondo femenino. Por otro lado, sexo se considera también al placer venéreo, que al ser usado en esta acepción, algunas personas prefieren denominarlo «relaciones», «el polvo», «el tire», «lo hice», «eso» o algún tipo de eufemismo, como si el termino fuera agresivo o malsonante, por eso también debe generar vergüenza, usar copulación o coito.
Ahora, quienes prefieren obviarlo, ya sea por indiferencia o vergüenza, corren el riesgo de estar mal informados sobre cómo iniciar su vida sexual, las prevenciones que deben tener al practicarla, sobre todo, en lo que concierne a embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual. Es cierto que muchos padres son cerrados respecto a la temática sexual y que no se pueden abordar con ellos las inquietudes, pero existen los amigos, de los cuales algunos tienen conocimiento pleno de sus vivencias y otros que sólo intuirán; de todas formas, siempre habrán expertos (ginecólogos, sexólogos) que pueden asesorar y aclarar las dudas, además que serán quienes motiven a llevar una vida sexual responsable.
De acuerdo con Erick Quezada, estas actitudes de inhibición son programaciones primarias que se arrastran por años hasta la adultez e, incluso, pueden impedir el diálogo sobre sexualidad con la propia pareja; lo cual genera problemas de incompatibilidad e insatisfacción.
Lo recomendable en estos casos es asumir la sexualidad como una expresión propia del ser humano para dejar de lado pensamientos de pecado, mal comportamiento o inmoralidad. También se debe perder el miedo a hablar sobre sexo, porque ya no estamos en una época en donde de «eso» no se habla, en que uno es el experto y el otro el que se debe dejar llevar o que la ignorancia es un mal incurable.
Ahora ya no hay temas sexuales vedados, lo único prohibido es guardar silencio y, por favor, a las cosas hay que llamarlas como son: la unión de un pene y una vagina y todas sus manifestaciones… eso se llama SEXO.